Gente con clase para un ramo de orquídeas 

¿Quién se resistiría a pasar un rato con el director francés Patrice Chéreau (1944-2013), el escritor inglés James Hadley Chase (1906-1985), el guionista Jean-Claude Carrière (1931-2021) y las actrices Charlotte Rampling (1946), Edwige Feuillére (1907-1998), Simone Signoret (1921-1985) y Alida Valli (1921-2006)? Todos ellos se unieron en La carne de la orquídea (La Chair de L’orchidée) (1975), dirigida por el primero, basada en una novela del segundo, con guion del tercero y con la presencia de las cuatro damas.

Esta fue la primera película de Chéreau, uno de los grandes del cine francés moderno, que luego haría la controvertida El hombre herido (L´homme blessé) (1983), la ambiciosa La reina Margot (La Reine Margot) (1994) y la arriesgada Intimidad (Intimacy) (2001). Como venía del teatro y arrastraba cierto prestigio, Chéreau pudo contar con el legendario Jean-Claude Carrière, un guionista que ya colaboraba con Luis Buñuel y con los más grandes (Louis Malle, Jacques Deray, Milos Forman, Berlanga) para adaptar la novela La carne de la orquídea (The Flesh of the Orchid), de James Hadley Chase, un inglés que escribió sobre el crimen organizado y la Gran Depresión en Estados Unidos con todo detalle, aunque solo visitó ese país en dos breves ocasiones. La novela se publicó en 1948 como continuación de No Orchids for Miss Blandish, de 1939 y del mismo autor.

Muy querida por el cine, la obra de Chase ha llamado la atención a cineastas como Julien Duvivier (el hombre del impermeable), Joseph Losey (Eva, con Jeanne Moreau), Jacques Deray (Secuestro bajo el sol), Robert Aldrich (La banda de los Grissom) y Benoît Jacquot (que en 2018 volvió a adaptar Eva, esta vez con Isabelle Huppert y el fallecido Gaspard Ulliel). También hay un montón de cine serie B, que es quizá el verdadero terreno del escritor, el de la literatura Pulp.

Charlotte Rampling, un año después de Portero de noche, y el mismo que estrenó otra adaptación de un clásico de la novela negra, Adiós, Muñeca, con Robert Mitchum como el Marlowe de Raymond Chandler, interpreta a una rica heredera que quieren hacer pasar por loca para arrebatarla toda su fortuna. La banda de facinerosos la dirige Madame Bastier-Wagener, tía de la joven e interpretada con toda su fuerza y toda su maldad por la leyenda del cine francés Edwige Feuillère, gran dama del teatro que podía presumir, porque era verdad, que Jean Cocteau escribió El águila de dos cabezas pensando en ella. 

En la compleja trama, que Chéreau / Carriére no hacen nada para esclarecer, aparece una decadente señora que fue trapecista y ahora consume sus días en un viejo teatro abandonado. La interpreta con todo el desgarro de una mujer derrotada Simone Signoret, otra leyenda del cine francés, primera actriz en ganar un Oscar como protagonista por una película no norteamericana y primera francesa en hacerlo (si consideramos que Claudette Colbert no es francesa porque con tres años ya estaba en Estados Unidos).  

En una escena, la joven heredera se cruza en una estación de tren durante un instante con una vieja dama loca que le dice cosas inquietantes. Ella es Alida Valli, la actriz italiana que se fue a Hollywood para sustituir a Greta Garbo en El proceso Paradine (1947), de Alfred Hitchcock, y terminó su carrera refugiada en el cine de terror (en España rodó en 1980 con el gran Eugenio Martín Aquella casa en las afueras). Es una breve aparición, pero no la olvidas.

La trama se vuelve cada vez más confusa, pero no importa. Aunque estas señoras estuvieran leyendo la guía telefónica no te apartarías de la pantalla.

La carne de la orquídea se puede ver en Filmin

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