Woody Allen estrena Golpe de suerte en Venecia

Entre protestas y carteles criticando su presencia en el Festival de Venecia, el director norteamericano Woody Allen ha presentado su nuevo filme. Sus detractores señalan que su brillante carrera  como cineasta se ha visto manchada por las acusaciones de abusó sexual contra su hija adoptiva Dylan,  cuando ella tenía siete años. Durante décadas, Allen ha negado las acusaciones, diciendo que fueron inventadas por Mia Farrow cuando comenzó su relación con Soon-Yi Previn, otra de las hijas adoptivas de Mia de una relación anterior. Con pancartas en su contra, Allen llegó al Lido a celebrar la película 50 de su carrera en la 80 edición de la Bienal. La serie de pancartas escritas en italiano, francés e inglés acusaban al Festival de Cine de Venecia de acoger a “violadores”.

“Hay una atmósfera de caza de brujas en la que  cada hombre en una oficina que le guiña un ojo a una mujer tiene que llamar a un abogado para defenderse», dijo Allen a la revista especializada Variety. El neoyorkino tambien tuvo tiempo en Venecia para defender al Presidente de la Federación Española de Futbol Luis Rubiales diciendo que “un beso no es una “violación”. 

Esta es la primera aparición de Allen en un festival de primerísimo nivel desde que estrenó Café Society en Cannes en 2016. Desde entonces, el director se ha mantenido en un discreto segundo plano. “La cancelación puede ser necesaria, pero también una tontería”, comentó el cineasta tratando de defender su posición. “Me parece todo muy tonto. No pienso en eso. No sé lo que significa que me cancelen. Sé que a lo largo de los años todo ha sido igual para mí. Hago mis películas. Lo que ha cambiado es la presentación de las películas”.

A sus 87 años, Allen lleva un promedio de una película al año desde la década de 1980, gravitando siempre hacia una comedia intelectual, que analiza todo tipo de relaciones, con una nostalgia agridulce donde la muerte y el adulterio, a menudo, se presentan de la mano. “El adulterio, la muerte, las relaciones, son temas que aparecen en las historias desde la época de los griegos. Yo quiero dotar a mis trabajos de suspense combinando drama y comedia», contó Allen durante la rueda de prensa.

Sorprendentemente, el director fue recibido entre aplausos por los periodistas presentes. “He tenido mucha, mucha suerte. He tenido suerte toda mi vida. Tenía dos padres amorosos y buenos amigos. Tengo una esposa y un matrimonio maravillosos, dos hijas. Cuando comencé a hacer películas, todas las personas se entusiasmaron por mi trabajo”.

También explicó por qué su nuevo filme está rodado en París y en francés. “Cuando era más joven, las películas que más me impresionaron eran de cineastas europeos; franceses, italianos, suecos. Todos queríamos hacer películas como los europeos. Iba a hacer esta película con dos estadounidenses que viven en París, pero al ser mi película número 50 decidí convertirla en una carta de amor a París”.

Cuando se le preguntó si haría otra película en Nueva York, Allen aseguró: “Tengo una gran idea para rodar una película en Nueva York, pero la haré cuando alguien salga de la sombra y me diga: financiamos tu película en Nueva York sin leer el guión y sin conocer el elenco. Si bajo esas circunstancias me da su dinero y se va, si algún tonto acepta, entonces haré la película en Nueva York”.

Golpe de suerte está ambientada en París y  protagonizada por Lou de Laâge, Valérie Lemercier, Melvil Poupaud y Niels Schneider. Como tantas veces en su cine, la premisa gira en torno a una pareja casada, cuya vida perfecta da un vuelco cuando la esposa se enamora de un antiguo compañero de clase. “El adulterio es un tema que me interesa, pero también le interesaba a los autores griego de hace cientos de años”.

Para terminar, el director dijo que “existe una pequeña posibilidad de que Golpe de suerte pueda ser una obra maestra pero lo dudo”.

Texto: María Estevez

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